lunes, 28 de marzo de 2011

Hace un mes que nos dejáste

Hoy hace un mes que nuestra querida Cueta nos dejó. Hemos hecho un escrito para recordarla y que saldrá en nuestra próxima revista, pero también queremos compartirlo por aquí.

RECORDANDO A CUA

La casa se quedó solitaria el día que decidieron independizarse nuestros hijos. Ahora iba a tener mucho tiempo libre y la tristeza natural que toda madre tiene al quedarse sin sus retoños.
Mi hijo me sugirió que adoptara un gato para que me hiciese compañía, siempre me gustaron los anímales así que pensé que sería una buena idea. A los pocos días de tener esta conversación,  me avisaron de que habían encontrado abandonadas en el motor de un coche a dos gatitas y que las habían llevado al veterinario a espera de que alguien quisiera adoptarlas. Fuimos a verlas y nos trajimos una de ellas a casa, a las pocas horas no podía dejar de pensar en su hermanita, que sería de ella y fui corriendo a buscarla también,  eran muy chiquitinas, apenas tenían un mes. Las llamamos Lita e Iris.
Que alegría me dieron aquellas dos chiquirrinas, pero a los pocos días enfermaron, cogieron un  extraño virus que en aquellos días infectó a muchos gatos de la ciudad y fallecieron las dos. En la veterinaria que ingresamos a Lita e Iris cuando enfermaron habían llevado una nueva camada de gatitos, uno de ellos blanca como la nieve,  mas bien feota, parecía un conejo en vez de un gato, pero a mi me cautivó, ella estaba sana y la adoptamos, sus hermanos corrieron la misa suerte que Lita e  Iris.
Nina como así la llamamos, pensamos que no debería estar sola, que necesitaría alguien con quien jugar. Al día siguiente de tenerla en casa, nos dijeron que una vecina tenía gatitos para regalar y allí que fuimos y nos trajimos a Lis nuestra gata tricolor y vuelta a empezar, ya teníamos a dos nuevas criaturas en casa.  A las dos semanas el maldito virus volvió a atacar, esta vez a Lis, la llevamos corriendo al veterinario, la ingresaron y aunque estuvo bastante mal, ella se salvó.
Lis estuvo ingresada una semana y nosotros íbamos todos los días a verla,  yo la tomaba un ratito en brazos y la acariciaba. El primer día que fuimos, en la jaula de al lado de Lis había una cosita diminuta con unos enormes ojazos que en cuanto nos vio empezó a maullar desesperadamente, yo pregunté si la podía tomar un poquito en mis brazos y me dijeron que si. Así que cuando solté a Lis la tomé a ella, se me acurrucó y se calmó, la acaricié lo mismo que a Lis, cuando la volví a dejar en su jaula se puso a comer, la veterinaria me dijo que la gatita estaba triste y no comía, estaba muy mal pues la habían atropellado y la habían llevado para sacrificarla, tenía la colita aplastada, las caderas destrozadas y además también tenía el puñetero virus. Que pena me dio, tan pequeñita y tan mal.
Todos los días se repetía lo mismo, cuando nos veía entrar, ella se ponía a maullar insistentemente hasta que la tomaba en brazos y la acariciaba, cuando la dejaba comía, pregunté si tenía dueño y me dijeron que no. Pues si se salva me la llevo!. La cadera se le soldó y la colita se la tuvieron que amputar, pero ella tenía tantas ganas de vivir que salió adelante y nos la llevamos a casa.
Le pusimos Cua, aunque siempre la hemos llamado Cueta o Cui, cojeaba un poquito por lo que yo a veces en plan cariñoso le decía “mi chuequilla”, era tan frágil y delicada.  Pese a todo lo que le había pasado, Cua estaba bien, comía, jugaba, dormía, era feliz. El hecho de haberle tenido que amputar su colita y que la cadera la tenía mal, no le impedía moverse como cualquier otro gato, es mas, era ágil como una pluma.  Mi chuequilla, tan delgadita y poquita cosa, pero el amor y agradecimiento que demostró siempre hacía nosotros fue muy grande, desde el primer día hasta el último agradeció con sus mimitos y cabeceos el que la hubiésemos traído a casa.
Cui era como un angelito caído del cielo, buena, dulce, cariñosa, enseguida se adaptó y se hizo muy buena amiga de Nina y Lis, se llevaban de maravilla.  Pasaron dos años y llegaron las gemelas, Nena y Nenú, a estas las descubrimos por Internet, las habían maltratado mucho y estaban en adopción, así que decidimos que también vinieran a casa y así Nina, Lis y Cua tendrían dos hermanitas mas,  unas rubias preciosas, algo traviesas pero que también se adaptaron bien. Estaban las cinco muy bien avenidas. Todo el mundo nos decía…Que gatas mas buenas!. Nosotros encantados con ellas, no daban ningún trabajo, al contrario mucha compañía y cariño. Como todo iba sobre ruedas y yo siempre decía que nos faltaba un gato negro, el domingo 27 de febrero nos fuimos a la protectora a buscar una negrita a la que hemos llamado Mora, otra hermosura, muy buena y dócil. Estábamos super contentos, ya teníamos seis princesas,  blanca, negra, tricolor, bicolor y las rubitas. Pero la alegría duro poco, el domingo a la una del medio día entraba Mora en casa y el lunes a la misma hora Cua empezó a sentirse mal, salíamos corriendo al veterinario, nos dijeron que estaba muy grave y necesitaba una operación urgente a vida o muerte, a las tres ingresaba en el hospital, a las cinco entraba en el quirófano y a las nueve de la noche nos daban la noticia de que había fallecido.
Esta vez la suerte no nos acompañó y no pudimos hacer nada por salvarte, mi Cueta, yo quería traerte de vuelta a casa,  pero en el primer momento que empezaste a sentirte mal supe que nos dejabas, como la esperanza es lo último que se pierde yo quería aferrarme a ella, hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano para poder salvarte, pero Dios quiso llevarte al cielo. Tu mi querida Cui, también  supiste que te ibas para siempre, lo ví en tus ojos que se despidieron de mi cuando te bese en el hospital antes de entrar en el quirófano del que no saliste con vida.
Ha pasado un mes y las lágrimas todavía empañan mis ojos, nada es lo mismo sin ti, tus hermanas han estado muy tristes también, estuvieron muchos días buscándote, sobre todo Lis con la que estabais muy unidas y compartías muchos momentos de juego. Lis estuvo dos días acurrucadita en el respaldo del sofá donde siempre tu te ponías y que ella muchas veces te hacía compañía,  supongo que ya habrá entendido que no volverás y ya no se ha puesto mas, este lugar ahora lo ocupa Mora.
Tus ojos eran dos joyas de incalculable valor, verdes como dos esmeraldas. Cuanto amor y cuanta felicidad nos diste los cinco años que estuviste con nosotros, eso no se paga con nada. Ahora te has ido para siempre dejando un enorme vacío en nuestros corazones.
Cua, mi Cui, mi Cueta, mi Chuequilla….jamás en la vida te olvidaré.

Margarida Solá

Cua, nunca te olvidaremos … porque somos conscientes de que te hemos cuidado durante cinco largos años,  que han sido muy felices, a pesar de que, después del atropello que sufriste cuando apenas tenías unas semanas, el veterinario sólo te auguró unos meses de vida.
Cua, nunca te olvidaremos … porque todos los días de estos cinco años nos has demostrado tu cariño y tu agradecimiento con tus cabezaditas,  tus carantoñas, tus maullidos y tus arrumacos.
Cua, nunca te olvidaremos … porque nos has demostrado que tu comportamiento “animal” ha sido en ocasiones mejor que el de algunos llamados “humanos”.
Por eso y por otras muchas razones Cua, nunca te olvidaremos.

Ángel González


lunes, 21 de marzo de 2011

Buñuelos de cuaresma

No pierdas la tradición de comer los típicos buñuelos de cuaresma. Tot Vegan te ofrece una versión totalmente vegana de este dulce bocado. 
Durante  estos cuarenta días te los regalamos al realizar cualquiera de tus pedidos.

Mmmmmmmm.....buenísimos!






domingo, 13 de marzo de 2011

Pan de aceitunas

Fácil de elaborar y muy rico. Vamos!
Ingredientes: 30 gr. de levadura fresca, 25 gr. de azúcar, 50 gr. de margarina, 250 ml de agua, 100 ml de aceite de oliva, 500 gr. de harina, 100 gr. de aceitunas negras deshuesadas, sal, pimienta y orégano.
Elaboración: desleir la levadura con un poquito de agua tibia y parte del azúcar y dejar espumar. Formar un volcán con la harina y añadir el resto del azúcar,  la margarina, aceite, agua, sal, pimienta, orégano y la levadura espumada, amasar un poco y añadir las aceitunas en trocitos, seguir amasando hasta que la masa se despegue de las manos, si queda pegajosa añadir un poco mas de harina, si queda demasiado compacata añadir un poco mas de agua. 
El secreto está en amasar bien, así que dale, cuando creas que ya estás dale un poco mas. Formar una bola con la masa tapar y dejar reposar hasta que doble su volumen en un lugar que no haya corriente, dentro del horno por supuesto sin encender puede ser idóneo. Cuando haya doblado su volumen, sacarle el aire apretando la masa con los nudillos y darle la forma deseada o poner la masa en un molde para que tome su forma. Dejar reposar de nuevo hasta que vuelva a aumentar de volumen.
Precalentar el horno a 200º y hornear.
Listo! tendrás un pan rico y tierno que volará en un periquete.
Si quieres un pan mas pequeño reduce las cantidades a la mitad.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Para Marga con cariño

Quiero compartir con todos un mail que recibí desde Argentina. Unas preciosas palabras de ánimo que siempre se agradecen en estos momentos tristes.

Cua

¿No la veis?
Pero, ¿es que estáis ciegos?..
¡Allí está trepándose a las estrellas!
¿O sordos, tal vez?... ¡Prestad atención!..
No escucháis su maullido mientras corretea jugueteando entre sus nuevos
amigos... los ángeles.
¿Acaso nunca oísteis hablar de la curiosidad gatuna?..
Bueno, ella ahora está explorando otros sitios.
Sitios lejanos e incomprensibles para el alma humana, sí, mas no se ha
ido...
Nunca nos marchamos del todo si quien nos ha querido, conserva un lugar en
su corazón para nosotros...
Por eso, aunque un día Cua se hizo lágrima en los ojos de Marga, ella
volverá en una brisa acariciante y suave como la pelambre de su cola,
siempre enhiesta para que al acariciar su curvado lomo, sepamos donde
termina el gato.
Porque esa, y no otra, es la razón por la que los gatos levantan su cola
cuando los acariciamos...
¡Vamos, Marga!.. ¡Cua no te quiere triste!..
Siempre se sintió bien con tu sonrisa ¿le vas a amargar el "viaje", justo
ahora?..
Se ha marchado en pos de una travesura nueva. Abriendo grandemente sus ojos
para abarcarlo todo con su dulce mirada.
Como siempre.
Así de simple.

Luis Ángel Nazzi

miércoles, 2 de marzo de 2011

De la alegria a la tristeza en 24 h.

El domingo estabamos super contentos y felices, habiamos aumentado la familia gatuna. A la una del medio día entraba en casa "Mora" nuestra última adopción. El lunes a la misma hora nuestra querida "Cueta" salía de casa para no volver. Que difícil va a ser superar esto.
Mora pobrecita no tiene ninguna culpa, intentaremos que se adapte  y por supuesto la vamos a querer igual que a todas. Aquí os ponemos su foto para que la conozcáis.
A Nina, Lis, Nena y Nenú las estamos mimando y acariciando mucho para intentar minimizar su dolor por la perdida de su hermanita. La mas afectada es Lis, solo está acurrucadita en los lugares que solía estar Cua, cuando la acaricio lame mi mano cosa que no había hecho nunca. Se me parte el corazón.
No puedo sacarme de la cabeza la última imagen, parecía que estaba dormidita, la besamos y la acariciamos por última vez. Supongo que no sufriria, la anestesiaron para la operación y ya no despertó.
El vacio que nos ha quedado será dificil de llenar, Cueta, mi Cueta, ahora estarás en el cielo de los animalitos, seguramente junto a Lita e Iris que se fueron antes de venir tu a casa.
La soliamos llamar Cueta. Mi Cueta siempre estarás en nuestro corazón.